quinta-feira, 12 de outubro de 2017

Modos & Estilos #023 - Ratos de Porão - Crucificados Pelo Sistema

Um clássico do Punk Rock nacional com mais de trinta anos e que continua atual.
Quando escutei este disco pela primeira vez, foi um petardo no meu cérebro, confesso que depois deste disco, nunca mais fui a mesma pessoa. Lançado em 1984, com a capa vermelha (este é o original, depois veio o capa cinza), Crucificados Pelo Sistema, dos Ratos de Porão, é um marco na história do Punk Rock nacional. Apenas o fato de ser o primeiro LP de uma única banda, o disco de estréia da banda trás um hardcore brasileiro que mostrou que aqui em terras tupiniquins havia uma galera realmente disposta a fazer história. São 16 músicas em menos de vinte minutos que abordam os mais diversos temas sociais como: corrupção, exploração, guerra, fome, ameaças nucleares e caos, de uma forma geral.

A formação que gravou a bolacha conta com João Gordo (vocal), Jão (Bateria), Jabá (baixo) e Mingau (guitarra). desta formação, somente João Gordo e Jão, permanecem na banda até hoje que é completada pelo baterista Boka e pelo baixista Juninho. Muita gente talvez não compreenda a importância do Punk Rock na música mundial. Aqui no Brasil não foi diferente. A ousadia, o inconformismo, a gana de fazer as coisa, mesmo sem as condições mínimas necessárias, criaram toda uma cena underground que possibilitaram o surgimento e o crescimento de um universo independente.

Talvez aqueles garotos de roupas pretas, com seus cabelos espetados, que faziam fanzines, criavam suas roupas e gravavam suas músicas, não tivessem a noção e a dimensão do que estava acontecendo. A cultura punk criou raízes e hoje se alastra nos mais diversos segmentos da sociedade, provando que não precisamos depender de um sistema controlador para realizar nossos sonhos e projetos. Crucificados Pelo Sistema representa isso e muito mais. Trata-se de um trabalho tão importante que já foi relançado várias vezes, com cinco capas de cores diferentes, Vendido e cobiçado em diversos países .

Recentemente, em 2014 ele foi relançado com um um EP anexo, com seis músicas gravadas ao vivo no antigo Napalm e também um DVD comemorativo dos 30 anos do álbum. Por isso e muito mais, esta obra prima, deve estar em qualquer discoteca de respeito e é indispensável para compreendermos a evolução da música brasileira. Bom, melhor do que ficar divagando, é aproveitar para escutar esta pedrada sonora.

Para ouvir



Documentário dos Trinta Anos do Disco




terça-feira, 10 de outubro de 2017

Cuidado! Vidro Quebrado!

Será que estamos, todos, nos tornando animais selvagens e insensíveis?
Outro dia, desses, quebrou um pote de vidro aqui em casa. Imediatamente pegamos uma embalagem de leite longa vida para colocar os cacos dentro e depois selar com fita adesiva. Fazemos para que, no descarte, ninguém se corte ao recolher o lixo. Aprendi isto com a minha madrinha, a dona Niva, que já é falecida. Sempre que havia algum perfuro cortante para ir ao lixo, era tudo cuidadosamente embalado, reforçado com fita crepe e ainda havia um aviso escrito com aquele pinceis atômicos: "Vidro Quebrado". Era uma preocupação para que o lixeiro não se machucasse ao recolher o nosso lixo. Uma preocupação com a segurança e a integridade de alguém que não conhecíamos. Cuidar do próximo! O que houve com a gente?

Confesso que não sei explicar o porque de perdermos a empatia com as pessoas. Parece que vivemos um tempo onde não temos tempo para nos preocuparmos com os outros em nosso entorno. Nossos vizinhos ficam doentes e se curam sem receber uma única visita de nossa parte. Cruzamos todos os dias com os necessitados e passamos ao largo como se eles não existissem. Coisificamos seres humanos e os vemos como se fossem apenas parte da paisagem. Assistimos, diariamente, no jornal do almoço, histórias de injustiça, enquanto engolimos nossa comida ligeira pra não perder o horário do ponto. Conhecemos, apenas de vista, a mulher que apanha do marido, o cara que teve tudo roubado, a criança que foi violada, o mendigo que dorme na marquise da esquina e que agora se chama morador de rua, como se esta fosse a sua melhor opção.

Com a mesma rapidez que nos chocamos com as manchetes, esquecemos os personagens. Esquecemos a moça que serviu de alimento de cães, os pais surpreendidos pelo ódio da filha, e menina lançada pela janela num ataque de fúria assim como nos esqueceremos das crianças queimadas. Fomos treinados para consumir, descartar e desejar a próxima novidade. E como produtos baratos vamos vivendo nossa vidinha estúpida, até o próximo pagamento. Somos religiosos e não deixamos de dar a oferta, mas não ofertamos o nosso melhor para aqueles que nos rodeiam. Assistimos todas as séries mas não assistimos os necessitados. Sempre em busca da selfie, do like e de carinhas felizes, mesmo que sejam apenas bytes e bits.

Será que chegamos ao fim?

sábado, 7 de outubro de 2017

Cuentos de Avengar - Una Carga Especial

Todo lo que ellos querían era descubrir si existía un paraíso
Traducido al español por: Jorge Fenix, de Stella Ediciones

Petrus vivía en la periferia sur de Avengar en un condominio frio y sucio, donde el gobierno le había destinado un cuarto con baño y cocina. Trabajaba en la usina de energia, controlando máquinas que proveían electricidad para veinte ciudades del porte de Avengar. La jornada de doce horas diarias de trabajo, seis días por semana, no era animadora, a pesar de que su función fuera considerada privilegiada. Petrus había conquistado el puesto por haber luchado en los frentes populares en el Día del Levantamiento. No tardó mucho en percibir su error, pero no había mucho que hacer. Hablar con otras personas era peligroso, por eso reservaba sus pensamientos para los momentos de soledad. La única persona con quien compartía sus ideas era Carlos, que trabajaba en el sector de mantenimiento de la usina.

Los dos se conocieron en el comedor y pronto fue surgiendo una amistad fuerte. Tras un año de esa relación, Petrus tomó coraje para exponer, aunque cuidadosamente, un poco de su pensamiento. Para su satisfacción, sus sospechas se confirmaron cuando constató que Carlos compartía las mismas ideas e ideales. Sabían que había otros como ellos, pero no podían exponerse, pues, en caso de que fueran denunciados, serían considerados traidores, crimen severamente castigado con la muerte.

Continuaron sus conversaciones reservadas y, después de algún tiempo, una persona más se juntó al grupo: la bella, inteligente y sagaz Carmen, una enfermera del Centro Médico. Fue ella quien supo, durante las numerosas atenciones a pacientes, que existían sobrevivientes del Levantamiento que habían huido hacia un lugar supuestamente seguro y desconocido. Tal vez fuese apenas una leyenda más o un cuento de hadas, pero, a partir de esa información, encontrar esa tierra distante y a los sobrevivientes se volvió sinónimo de esperanza. Pero, ¿cómo conseguir algo así? 

En Avengar la vida de los operarios tomaba rumbos peligrosos. Las raciones diarias y el sueldo mínimo generaban incomodidad, y no tardó mucho en surgir uma vasta red clandestina donde circulaban los más variados ítems de consumo. De pastas de dientes a drogas pesadas, prostitución y una criminalidad creciente que la Policía Estatal intentaba reprimir sin mucho éxito, pero siempre con extrema violencia. 

El contingente de policías era grande, pues formar parte de ese organismo de control traía algunos beneficios, como: jornada de trabajo menor y una remuneración por encima de la media. Inicialmente fueron esos atractivos los que llevaron a Pamela a alistarse en las fuerzas. El tiempo y el adoctrinamiento hicieron el resto. Su devoción ciega al Gobierno la transformó en una cazadora de subversivos, como eran llamados todos los que pensaran diferente. Pamela solo tenía un defecto grave: su orgullo hacía que a veces hablara de más.

Carmen estaba de turno en Emergencias del Centro Médico, cuando la ambulancia llegó con dos policías heridos en un enfrentamiento. Fue designada para atender a la joven policía que había recibido un tiro en el hombro. El médico responsable realizó los procedimientos necesarios y la agente fue llevada a un cuarto para recuperarse. Carmen estaba aplicando los vendajes y, como la mujer policía ya estaba consciente, comenzó a conversar con ella:

— ¡Buen día, teniente Pamela! ¿Cómo se siente? Ha sufrido una herida leve aquí. -Pamela sonrió con una mezcla de alivio, dolor y rabia:

— Malditos subversivos, estaban armados y reaccionaron.
Carmen siempre fue de pensar muy rápido y aprovechó la oportunidad para intentar extraer alguna información y disparó: — Vaya, pensé que esta escoria no existía más, pero debe ser algún alienado aislado.

— ¡No lo son, no! ¡Sabemos que existen más, pero voy a acabar con ellos uno por uno, tengo dos sospechosos más en la usina que luego voy a eliminar también! — respondió Pamela. — Ojalá, tengo miedo de esa gente solo de pensarlo. Voy a trabajar el doble para que se recupere rápido — completó Carmen.

Las dos se rieron juntas.

La noticia cayó como una bomba sobre Petrus y Carlos. Era preciso hacer algo rápido. Carmen sugirió que ellos salieran de Avengar para procurar el mencionado refugio. Sería un tiro en la oscuridad, pero, por lo menos, había una chance de sobrevivir y, quien sabe, un día volver para rescatar a otros. Pero, ¿cómo salir de la ciudad? Siguieron con sus rutinas de trabajo normalmente y mantuvieron los encuentros para no generar ningún tipo de sospecha en razón de un súbito cambio de comportamiento.

La solución para la fuga fue dada por Carlos y le vino a la mente durante un intervalo en la usina, cuando estaba en el jardín, recostado en un banco mirando para el cielo. Carlos observó los drones de carga que hacían su vuelo suave e silencioso llevando materiales de un lado para otro y llegó a la conclusión de que sería una óptima manera de salir por los muros. Restaba ahora descubrir cómo conseguir un dron de alta capacidad. Después de mucha búsqueda e incursiones por los submundos de Avengar, finalmente consiguieron un Nautilus 105, aparato utilizado en el transporte de detritos fuera de Avengar y, gracias a los conocimientos de Petrus, fue posible programar un permiso para que el dron atravesara la muralla sin disparar las alarmas. Con capacidad para 100 kilos, tendría que realizar dos viajes, preferentemente de noche.

La suerte parecía estar de su lado y Petrus agradeció por vivir en el último piso, pues eso le daba acceso a la terraza del edificio. Transportaron el aparato en partes y lo montaron en el lugar del despegue. Todo fue decidido a la suerte y Petrus haría el primer viaje. Con sus setenta kilos, aún sobraba espacio para llevar un poco de equipaje. El habitáculo era pequeño, pero él consiguió acomodarse. La idea era posarse en uno de los predios abandonados de la antigua ciudad, del lado de afuera. El control seria realizado desde dentro del dron y la memoria, borrada al regreso. Todo salió bien en el primer viaje, el aparato atravesó la muralla sin problemas y voló suavemente hasta un predio abandonado, posándose sobre el mismo. Petrus salió, descargó y accionó el retorno automático. El aparato regresó y Carlos borró la memoria de la ruta e inició el cargamento para el segundo viaje. Se acomodó en la caja para iniciar el viaje cuando fue sorprendido por cuatro agentes de la Policía Estatal que lo llevaron preso y recogieron la famosa caja negra del aparato. Era el fin de un sueño.

Del otro lado de la muralla, Petrus aguardó el tiempo combinado, pero Carlos no apareció, sabía que alguna cosa había ocurrido. Por un momento quedó pensativo, hasta que un ruido le llamó la atención. De en medio de las sombras surgió una figura alta y delgada, que se presentó de forma suave, pero segura de sí. − Mi nombre es Tom. ¡Su amigo no vendrá y usted precisa salir de aquí! -Petrus lo siguió, con la sensación de que estaba haciendo lo que era correcto, pero que no sería fácil. Sin embargo, esa ya es otra historia.



quinta-feira, 5 de outubro de 2017

Cristianismo & Punk Rock - Só Jesus salva o punk rock

Será que os novos cristãos é que tem a responsabilidade de manter vivo os antigos ideais do punk?
Quando o movimento punk surgiu, no final dos anos 70 e ganhou corpo no início dos anos 80, ele era um movimento anti-tudo. Contra o sistema, contra o governo, contra o estado, contra as religiões, contra tudo e contra todos. Basicamente um espectro do caos, inconformado com o status quo que reinava e ainda reina nas esferas mais "intelectualizadas" da intelligentsia. Este punk mais root, não estava nem aí para convenções e levantava o dedo para o politicamente correto, era malvisto, odiado, detestado mas seguia em frente gritando as verdades que ninguém queria ouvir, eram taxados de burros e ignorantes, que não sabiam tocar, que não entendiam de nada. O que aconteceu?

Hoje vemos os novos punks, defendendo as agendas do politicamente correto, partidários, punks de esquerda e até punks de direita, punks socialistas, comunistas, anarco-capitalistas, budistas, exotéricos, espíritas, umbandistas, ateus, agnósticos, empresários, empregadores, empreendedores, políticos, transgêneros, transtornados e transformados por um programa que os faz pensar que ainda estão na contra-mão do sistema mas, na realidade, uma grande parte serve a este mesmo sistema que é tão bem elaborado que cria seus próprios contrários, numa realidade onde até os rebeldes são fabricados em linhas de produção com componentes baratos.

Olhando este cenário triste e desesperançoso parece que não sobrou ninguém que se oponha ao stablishment da vida. Clama, ainda existe um grupo, pequeno, mas consciente, que é taxado de louco até pelos seus próprios pares. Ainda existe um grupo que não se conforma com as injustiças e entende que é preciso falar. Um grupo que não segue as regras impostas por um sistema maligno e dominador e sabe que precisa agir, ainda que esta ação coloque em risco a sua própria existência. Um grupo disposto ao enfrentamento, disposto a dizer não e que mantém acesa a chama da rebeldia contra esta nova ordem mundial, mesmo sabendo que é odiado, malvisto, detestado, considerado retrógrado e ignorante mas que segue em frente crendo que não se pode ficar calado, parado, estagnado. Um grupo que carrega a bandeira da verdadeira liberdade, uma liberdade que não é imposta por estatutos e constituições, uma liberdade que não se obtém pela ação de organizações de esquerda ou direita. Um grupo que entende o real significado do que é amor. São os punks que encontraram em Cristo o verdadeiro ideal do movimento, da luta e do desejo de mudar o mundo.

Sei que vou angariar inimigos mas isto é uma consequência natural de ser cristão e de ser punk. Sim, somos punks, vadios, párias numa sociedade que não cabe em nós, somos mal vistos porque não nos moldamos ao mundo, somos os excluídos, fazemos nossas músicas, escrevemos nossos textos, anunciamos a nossa fé, com ou sem recursos, não queremos suas drogas, suas teorias, suas filosofias, mas estamos ai, incomodando, afrontando seus conceitos porque cremos que existe uma verdade única e superior, cremos em uma moral sublime e que a liberdade plena pode ser alcançada mas que a única porta de entrada para ela é o Evangelho de Jesus Cristo.

SOMOS PUNKS, SOMOS CRENTES, estamos em todos os lugares e estamos avançando, não para dominar mas para iluminar à sua frente para que você enxergue o terreno perigoso por ande anda! Quer ficar do outro lado? Tudo bem, respeitamos suas decisões. Quer juntar-se a nós? Seja bem vindo, mas tenha consciência de que não será fácil, mas é possível, em nome de Jesus!

Cristianismo & Punk Rock








domingo, 1 de outubro de 2017

Contos de Avengar - Uma Carga Especial

Tudo que eles queriam era descobrir se existia um paraíso.
Petrus vivia na periferia sul de Avengar em um condomínio frio e sujo, onde o governo lhe havia destinado um quarto com banheiro e cozinha. Trabalhava na usina de energia, controlando máquinas que forneciam eletricidade para vinte cidades do porte de Avengar. A jornada de doze horas diárias de trabalho, seis dias por semana, não era animadora, apesar de sua função ser considerada privilegiada. Petrus havia conquistado a vaga por ter lutado nas frentes populares no Dia do Levante. Não demorou muito para perceber seu erro, mas não havia muito que fazer. Falar com outras pessoas era perigoso, por isso reservava seus pensamentos para os momentos de solidão. A única pessoa com quem compartilhava suas ideias era Carlos, que trabalhava no setor de manutenção da usina.

Os dois se conheceram no refeitório e aos poucos foi surgindo uma amizade forte. Após um ano de relacionamento, Petrus tomou coragem para expor, ainda que cuidadosamente, um pouco do seu pensamento. Para sua satisfação, suas suspeitas vieram a se confirmar quando constatou que Carlos partilhava das mesmas ideias e ideais. Sabiam que havia outros como eles, mas não podiam se expor, pois, caso fossem denunciados, seriam considerados traidores, crime severamente punido com a morte.

Continuaram suas conversas reservadas e, depois de algum tempo, mais uma pessoa veio se juntar ao grupo: a bela, inteligente e sagaz Carmem, uma enfermeira do Centro Médico. Foi ela que soube, durante os muitos atendimentos, que existiam sobreviventes do Levante que haviam fugido para um lugar supostamente seguro e desconhecido. Talvez fosse apenas mais uma lenda ou um conto de fadas, mas, a partir dessa informação, encontrar essa terra distante e os sobreviventes virou sinônimo de esperança. Mas como conseguir algo assim? 

Em Avengar a vida dos operários tomava rumos perigosos. As rações diárias e o soldo mínimo geravam desconforto, e não demorou muito para surgir uma vasta rede clandestina onde circulavam os mais variados itens de consumo. De pastas de dente a drogas pesadas, prostituição e uma criminalidade crescente que a Polícia Estatal tentava reprimir sem muito sucesso, mas sempre com extrema violência. 

O contingente de policiais era grande, pois fazer parte desse organismo de controle trazia alguns benefícios, como: jornada de trabalho menor e uma remuneração acima da média. Inicialmente foram esses atrativos que levaram Pâmela a se alistar nas forças. O tempo e a doutrinação fizeram o restante. Sua devoção cega ao Governo a transformou em uma caçadora de subversivos, como eram chamados todos os que pensassem diferente. Pâmela só tinha um defeito grave: seu orgulho fazia com que falasse demais, às vezes.

Carmem estava de plantão na Emergência do Centro Médico, quando a ambulância chegou com dois policiais feridos em confronto. Foi designada para atender a jovem policial que havia levado um tiro no ombro. O médico responsável fez os procedimentos necessários e a policial foi levada para um quarto para se recuperar. Carmem estava fazendo a troca de curativos e, como a policial já estivesse consciente, começou a conversar com ela:
— Bom dia, tenente Pâmela! Como está se sentindo? Você teve um ferimento e tanto aqui. Pâmela sorriu num misto de alívio, dor e raiva:
— Malditos subversivos, estavam armados e reagiram.
Carmem sempre pensou muito rápido e aproveitou a oportunidade para tentar extrair alguma informação e disparou: — Nossa, pensei que esta escória não existisse mais, mas deve ser algum alienado isolado.
— Não são, não! Sabemos que existem mais, mas vou acabar com eles um a um, tenho mais dois suspeitos na usina que logo vou eliminar também! — Pâmela respondeu. — Tomara, tenho medo dessa gente só de pensar. Vou trabalhar o dobro para você se recuperar rápido — Carmem completou.
As duas riram juntas.

A notícia caiu como uma bomba sobre Petrus e Carlos. Era preciso fazer algo rápido. Carmem sugeriu que eles saíssem de Avengar para procurar o tal refúgio. Seria um tiro no escuro, mas, pelo menos, havia uma chance de sobreviver e, quem sabe, um dia voltar para resgatar outros. Mas como sair da cidade? Seguiram com suas rotinas de trabalho normalmente e mantiveram os encontros para não gerar nenhum tipo de suspeita em razão de uma súbita mudança de comportamento.

A solução para a fuga foi dada por Carlos e veio a sua mente durante um intervalo na usina, quando estava no jardim, deitado em um banco olhando para o céu. Carlos observou os drones de carga que faziam seu voo suave e silencioso levando materiais de um lado para outro e chegou à conclusão de que seria uma ótima maneira de sair pelos muros. Restava agora descobrir como conseguir um drone de alta capacidade. Depois de muita procura e incursões pelos submundos de Avengar, finalmente conseguiram um Nautilus 105, aparelho utilizado no transporte de detritos para fora de Avengar e, graças aos conhecimentos de Petrus, foi possível programar uma permissão para que o drone atravessasse a muralha sem disparar os alarmes. Com capacidade para 100 quilos, teriam que realizar duas viagens, preferencialmente à noite.

A sorte parecia estar ao seu lado e Petrus agradeceu por morar no último andar, pois isso lhe dava acesso ao terraço do edifício. Transportaram o aparelho em partes e o montaram no local da decolagem. Tudo foi decidido na sorte e Petrus faria a primeira viagem. Com seus setenta quilos, ainda sobrava espaço para levar um pouco de bagagem. O habitáculo era pequeno, mas ele conseguiu se acomodar. A ideia era pousar em um dos prédios abandonados, da antiga cidade, do lado de fora. O controle seria feito de dentro do drone e a memória, apagada ao retorno. Tudo correu bem na primeira viagem, o aparelho atravessou a muralha sem problemas e voou suavemente até um prédio abandonado, pousando sobre o mesmo. Petrus saiu, descarregou e acionou o retorno automático. O aparelho retornou e Carlos apagou a memória da rota e iniciou o carregamento para a segunda viagem. Acomodou-se na caixa para iniciar a viagem quando foi surpreendido por quatro agentes da Polícia Estatal que o levaram preso e recolheram a famosa caixa-preta do aparelho. Era o fim de um sonho.

Do outro lado da muralha, Petrus aguardou o tempo combinado, mas Carlos não apareceu, sabia que alguma coisa havia acontecido. Por um momento ficou pensativo, até que um ruído lhe chamou a atenção. Do meio das sombras surgiu uma figura esguia, que se apresentou de forma suave, mas segura de si. − Meu nome é Tom. Seu amigo não virá e você precisa sair daqui! Petrus o seguiu com uma sensação de que estava fazendo o que era certo, mas que não seria fácil. Porém, essa já é uma outra história.

Leia também